La cruz de San Andrés читать онлайн

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está ni Judas y considero que sería muy desairado terminar allí, bueno, ni terminar siquiera: verme allí ardiendo en la infinita soledad y por la infinita eternidad. Hace ya más de un mes que el fantasma de la muerte se mea todas las noches por el tubo de la chimenea de mi alcoba, se conoce que quiere avisarme con sus histéricas risas, sus malévolas amenazas y sus descaradas procacidades. El demonio Belcebú Seteventos, que era de Seixosmil, en la provincia de Lugo, tenía una paloma torcaz que no ponía huevos de oro, eso son sólo algunas gallinas, es del dominio público que no ponía huevos de oro sino que fabricaba en el intestino peluconas de oro con el busto de Carlos IV muy bien dibujado, todos los primeros lunes de mes expulsaba una por su debido conducto. Según el cardenal Tarancón, nuestro catolicismo no está aún en condiciones de asimilar el concilio.No es que las mujeres corrientes, las que pese a todo nos resistimos a morir en el hospital y mirando muy comedida y abyectamente a nuestros verdugos, no tengamos historia, no, lo que sucede es que no queremos contarla, tampoco sabemos, lo dije hace un momento. A mí y a mi marido ya nos quemó la sangre la familia, a mí y a mi mar
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