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Название книги: La Caverna De Las Ideas
Автор(ы): José Somoza
Жанр: Триллер
Адрес книги: http://www.6lib.ru/books/La-Caverna-De-Las-Ideas-161413.html
«Hay, en efecto, una razón seria que se opone a que uno intente escribir cualquier cosa en materias como éstas, una razón que ya he aducido yo a menudo, pero que creo que he de repetir aún.En todos los seres hay que distinguir tres elementos, que son los que permiten adquirir la ciencia de estos mismos seres: ella misma, la ciencia, es el cuarto elemento; en quinto lugar hay que poner el objeto, verdaderamente conocible y real. El primer elemento es el nombre; el segundo es la definición; el tercero es la imagen…»PLATÓN, Carta VII
I [1]
El cadáver se hallaba tendido sobre la fragilidad de unas parihuelas de abedul. El torso y el vientre eran un amasijo de reventones y desgarros florecidos de sangre cuajada y tierra reseca, aunque la cabeza y los brazos presentaban mejor aspecto. Un soldado había apartado los mantos que lo cubrían para que Aschilos pudiera examinarlo, y los curiosos se habían acercado, al principio con timidez, después en gran número, formando un círculo alrededor del macabro des
Название книги: La Caverna De Las Ideas
Автор(ы): José Somoza
Жанр: Триллер
Адрес книги: http://www.6lib.ru/books/La-Caverna-De-Las-Ideas-161413.html
«Hay, en efecto, una razón seria que se opone a que uno intente escribir cualquier cosa en materias como éstas, una razón que ya he aducido yo a menudo, pero que creo que he de repetir aún.En todos los seres hay que distinguir tres elementos, que son los que permiten adquirir la ciencia de estos mismos seres: ella misma, la ciencia, es el cuarto elemento; en quinto lugar hay que poner el objeto, verdaderamente conocible y real. El primer elemento es el nombre; el segundo es la definición; el tercero es la imagen…»PLATÓN, Carta VII
I [1]
El cadáver se hallaba tendido sobre la fragilidad de unas parihuelas de abedul. El torso y el vientre eran un amasijo de reventones y desgarros florecidos de sangre cuajada y tierra reseca, aunque la cabeza y los brazos presentaban mejor aspecto. Un soldado había apartado los mantos que lo cubrían para que Aschilos pudiera examinarlo, y los curiosos se habían acercado, al principio con timidez, después en gran número, formando un círculo alrededor del macabro des
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